10 septiembre 2009




Con un tono calmante le dije:

- Kurt, en serio, no tengo nada que hacer. Relájate y nos vemos en una hora. Charlamos, me cuentas, te desahogas. Seré todo oídos. Me invitas a un vino cojonudo y mis orejas serán tu almíbar. Me tragaré todo lo que tengas que decirme. Chateamos vinitos y me cuentas, ¿ok?

- Gracias, gracias. Salgo en media hora, te espero en el Torberque...

- Perfecto –No le dije que odiaba ese sitio-. Sólo me retrasaré mis diez minutos de rigor, amigo.

- Gracias, mil gracias. Mil... gracias...

No voy a decir, que nunca había oido decir a Kurt tantas veces seguidas "gracias". Ah, bueno, si ya lo he dicho.

Todas las llamadas terminan con la misma consigna: cuelgas el teléfono. Y así hicimos. Dejé aparcado el salchichón y me metí en la ducha. Algo conveniente después de tres días sin salir de casa.

Mientras el agua corría, no salía de mi estupefacción. Tu amigo el "Seriote", del que hace dos añitos que no sabes nada, te llama en un estado rugiente y lastimero, al borde del colapso cerebral. ¿Qué puede ser... tan espectacular como para convertir a un pedazo de granito en un mar de nervios congelados? ¿Kurt es mister Jekyll & Hyde?

Y luego me menciona a Sara. Su novia, su novia de toda la vida, Sara es como su apellido, le ha acompañado siempre. Si no me equivoco Sara estaba ahí desde la temprana edad de los siete años. La novia que todos quisimos tener, ¡Kurt la mantenía! ¿Y qué pasa con su Sara ahora? Por el énfasis que ponía Kurt al hablar de ella parecía como si hablase del mismo demonio con pintas. Esto era muy raro. Pero raro raro raro...



autor: pepeworks



Estás viendo el blog personal del escritor y diseñador José Martín Molina (Pepeworks). Puedes saber más sobre sus creaciones en sus sitios web:
► web de escritor: www.josemartinmolina.com
► web de diseño: www.pepeworks.com . Se agradece la visita!
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