28 septiembre 2011


Sueño (47) publicado en Un laboratorio indecente el 22/09/2011


(47) Divertidas situaciones en clase y en un trabajo de oficina ideal

Situaciones divertidas, gags, en clase y en el trabajo en una oficina ideal
Hacía tiempo que no tenía un sueño tan divertido y tranquilo, con muchos curiosos gags o situaciones hilarantes o inverosímiles. De lo más surrealista. El sueño se dividirá en dos espacios: una clase (de instituto más o menos) y una oficina.

En clase pasan muchas cosas. Me veo sentado en una hilera de mesas en sentido perpendicular a la pared del encerado. No estoy cómodo en este asiento, me gustaría coger otro, más cerca de las chicas, entre ellas Pato. El aula se divide en dos, una grande y otra paralela, separada por una pared, con una puerta. Aunque esta sala alargada también depende del aula general, no se les ve, y tampoco ven la lección, pero sí se oye. En otro momento estaré en esta clase-apéndice, entre las chicas. En otro momento estoy pensando: "lo mejor es siempre llegar de los últimos", cuando voy por el pasillo para llegar a clase, pero esta vez me he adelantado para conseguir un sitio en el que me encuentre más agusto. Sin embargo al llegar compruebo que ya están casi todos los sitios cogidos. Veo uno, al lado creo que de Gustavo Roales, más en el centro de la sala, aunque un poco atrasado para mi gusto, pero al instante de sentarme resulta que llega el alumno que se sienta siempre ahí (¿Manu?, ¿Lorenzo?), con lo que vuelvo a estar sin sitio.

Y ahora en clase hay retransmisiones de fútbol de la selección española y sus victorias. ¡¡¡Pero los partidos que estamos viendo retransmitidos se juegan dentro de la clase, entre los alumnos!!! Juegan con espacio suficiente, aunque el campo de juego es más cercano al de fútbol sala. Se ven goles gloriosos de la selección. Una especie de voz en off va relatándonos las jugadas. Hay un golazo de un tal Bruno, que ha sido elegido el mejor futbolista del año. Lo del Bruno no me encaja. Veo un calendario en una agenda, y resulta que los partidos son del 2010, o sea que no son actuales, son partidos en diferido. En cuanto descubro esto el fútbol pasa a un segundo plano. Y me fijo en que al lado de una especie de despachito que hay en la entrada del aula, surge como un rayo un tipo en pantalones cortos de deporte haciendo un sprint corriendo, en plan calentamiento. Me fijo y hay algún que otro deportista. Soltaré una carcajada con el tipo deportista, ¿es que no hay otro sitio? Y me provoca hilaridad lo excéntrico de la situación: un aula donde pasan todo tipo de cosas, llena de gente, con espontáneos deportistas, un campo de fútbol dentro y más curiosidades de todo tipo. Más que tratarse de las estrecheces del camarote de los hermanos Marx, aquí cabe todo el mundo con suficiente amplitud. Parece mentira en un aula de dimensiones normales.

Y de pronto estoy en una oficina, trabajando. Bueno, lo de trabajando es un decir. Aquí no hago absolutamente nada. Tengo que estar aquí, en horario de oficina, pero no tengo nada que hacer, nadie me manda nada. Al revés, aquí la gente está todo el día de cháchara. Yo fumo en el trabajo, cigarrillos de liar. Una empleada parece regañarme por lo de fumar. No me había dado ni cuenta de que estaba fumando en el trabajo... pero empiezo a fijarme y aquí ¡¡¡todo el mundo fuma!!! Pero como carreteros. Alucinante: ¡¡se pasan por el forro completamente las leyes antitabaco!! Esto me encanta.

El ambiente laboral es muy distendido, no hay estrés. Los currantes se arremolinan aquí y allá, charlan, cotillean. Ahora estoy con dos gorditas maduras que critican a otra gordita que acaba de pasar y le ha dicho algo malintencionado a una de las que se queja.

Termino descubriendo cual es mi puesto. Resulta que soy el secretario de un jefe (que lleva barba bermeja, según recuerdo) de los que hay por aquí. Y este personaje, el que es mi jefe, es un vago auténtico: no hace absolutamente nada: se pasea, parlotea con unos y con otros, cuenta chistes, hace gracias, gasta bromas, lee el periódico, pero lo que es trabajar: nada de nada, absolutamente nada. Seguramente sea un enchufado, el familiar de algún pez gordo, un cuñado o algo por el estilo.

Imagino que mi jefe, en cualquier momento, me encargará algo, pero nada, nunca me encarga nada, con lo cual me entretengo charlando, rulando por la oficina, etcétera. Tengo una especie de despachito para mí, una pequeña secretaría acristalada, casi como si fuese el portero de la oficina. Pero mi espacio es muy singular, a ratos también hace las funciones de cuarto de baño y al lado de mi mesa hay un váter. Se supone que cuando alguien va a hacer sus necesidades, yo me tengo que salir.

Como veo que puedo hacer lo que me da la gana, voy planteándome escribir un poco sobre la mesa de escritorio o hacer mis cosas, ya tengo comprobado que aquí nadie te echa la bronca por nada. Este trabajo es desde luego un auténtico chollo, una maravilla. Además sólo tengo que estar 5 o 6 horas, salgo a las cinco de la tarde. Aún me quedan dos horitas.

Ahora mi jefe se planta en el centro y comienza a contar a todo el mundo unos chistes muy ingeniosos y divertidos. Este tío es un cachondo mental de tomo y lomo. Yo me animo y también cuento alguno. El jefe va a contar otro chiste que yo ya me sé. Pero son distintas versiones con distintos finales. Lo cuenta él primero, luego yo. Y somos los dos únicos de entre todos los presentes que nos tronchamos de la risa, con lágrimas en los ojos, como si el doble sentido del chiste sólo lo entendiésemos nosotros, mi jefe y yo.

De pronto, un famoso músico actual de jazz, acompañado de otro jazzero, saca una trompeta en medio de la oficina y hace un tararí ante todos los presentes, que hacemos un corro inmenso alrededor del centro, cada uno desde su puesto. (La oficina es mediana de tamaño, pero bastante amplia). Inmediatamente después del trompetista, otro empleado sacará otro instrumento, quizá una guitarra, y responde con un corto sonido. Y se unen vasias respuestas cortas musicales seguidas de otros presentes con otros instrumentos que sacan de una bolsa o espontáneamente. Yo pienso en sacar mi trompeta y hacer lo mismo. Y ahora el guasón del jefe, en un momento de silencio, replica con la voz simulando un instrumento, un tarará o algo así, que resulta divertidísimo e inesperado y todos en la oficina rompemos en una gran carcajada. A continuación otros tres tíos sacan relucientes saxofones camuflados en bolsas de plástico.

El libro de los sueños del autor José Martín Molina
Narración perteneciente al libro de relatos "Sueños" (Tomo I) del escritor José Martín Molina. Ahora disponible tanto en formato libro como en formato eBook.

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27 septiembre 2011


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26 septiembre 2011


Sueño (46) publicado en Un laboratorio indecente el 20/09/2011


(46) De reuniones y peluquerías

Sueño de las peluquerías y las reuniones extrañas con fantasmas del pasado
Sueño en el que se entremezclan situaciones y planos de una manera casi cubista, formando parte de la misma compleja trama. Por un lado voy a celebrar una reunión en un local donde está la radio, como si fuese a hacer una sesión en vivo. Se trata de una demostración después de los años pasados. Es de noche y de los primeros en llegar es Tello, bajándose de un coche. Alegría al vernos al cabo de los años. Sonriente, agradable, no ha cambiado. Ya hay mucha más gente, llenando el piso, los pasillos. Un Damián atolondrado, envejecido, que ni me reconoce. Irene y los suyos también han llegado. Nunca volvería con ella, me resulta infantil. La ignoro, aunque la pispo de reojo. Quiero que vean a mi hijo, como trofeo, como prueba de mi éxito. Eva está vigilante, mientras Irene disimula, pareciendo ajena. En un momento estamos a oscuras todos los presentes, que podemos ser como treinta y tantos o más, estamos viendo una proyección de no sé qué. Eva verá algunas de las fotos que hago. Está tranquila, no me hace eliminar ninguna de las fotografías.

Y está el tema de la peluquería. Ir a cortarme el pelo donde voy siempre. Un local de dos pisos. Siempre con la misma peluquera, morena y bajita. Quiero sorprender a Manolo Díaz, que está o va a estar en otra peluquería más estrecha (ambas cerca, una de la otra). ¿A qué hora llega Manolo? Enterándome. Ya no recuerdo si llego a verle, aunque creo que sí, que le veo sentado, como si yo fuese el ojo de una impersonal cámara. Resulta que a la hora que iré yo a cortarme el pelo, estará ocupada la que siempre me pela. Hay una chica nueva y le explico cómo quiero que me lo corte: igual que lo hace la de siempre. La de siempre explica que ella nunca me lo corta igual, sino que cada vez se deja llevar por la inspiración.

El libro de los sueños del autor José Martín Molina
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25 septiembre 2011


>> ir a la última entrega del horóscopo semanal

horóscopo semanal de aries ARIES
Vaya una semanita que te tocó en suerte vivir la semana pasada, ¿eh, amigo Aries? Bueno, un poco de calma, parece que las cosas se van a ir arreglando como quien no quiere la cosa. De todas forma si te sientes triste, deprimido o cansado, se debe a una mala posición lunar. Así que opérate y ponte el lunar en otro sitio.

horóscopo semanal de tauro TAURO
Un descanso no te vendría nada mal, amigo Tauro. Aunque tampoco hay que ser tan drástico como para que el descanso sea eterno. También necesitas unos cuantos tragos de lo que sea, cuanto más verde sea, mejor. También buscas consuelo, alguien que escuche todo lo que llevas dentro y que amenaza con pudrirse dentro. Y necesitas que te animen y te hagan sentir importante, como si eso sirviese para algo. También necesitas un jersey. Pues no será esta semana, habrá que esperar. Lo único que podrás conseguir es un bonito jersey a rayas, pero picará mucho.

horóscopo semanal de géminis GÉMINIS
Se despliega ante ti una buena y generosa semana. Lograrás (aunque sólo transitoriamente) que durante unos días todos te dejen en paz y nadie te dé el coñazo. Aprovecha esta paz que te llega caída desde los designios astrales. Por lo demás, esta semana perderás exactamente 3.134 pelos (de todo el cuerpo), en caso, claro, de que tu cabezota no esté ya monda lironda. Otra cosa: si ves a Arturo, dale recuerdos de nuestra parte.

horóscopo semanal de cáncer CÁNCER
Te sentirás especialmente atraído por una presentadora o presentador de la televisión. Uno de esos que salen a las tantas de la madrugada anunciando máquinas maravillosas para perder kilos sin mover el culo. Y no podrás evitar hacer la tontería de comprarte semejantes estupideces. Añadimos un eslogan que te viene al pelo para estos día: Vive bien, bebe bien y fornica bien.

horóscopo semanal de leo LEO
Es más que probable que cualquiera de estos días tengas un pequeño accidente laboral. Poca cosa, pero servirá para que todos se tronchen de la risa y te consideren un inútil y un desastre. No debe importarte, Leo, tú has nacido para grandes fines. De hecho algún día tendrás un gran (o quizá no tan grande) final.

horóscopo semanal de virgo VIRGO
Alguien te regalará algo impensable. Puede que un tiesto, un tubo de escape o un sello antiguo. En el amor vas a vivir una experiencia inolvidable a partir del jueves. Será inolvidable hasta que la olvides, que será exactamente al día siguiente. Por otro lado harás una buena obra: salvarás la vida desinteresadamente a un insecto muy feo. Pero el muy desagradecido te picará en la punta de la nariz. En el dinero, sabemos de sobra que te gastarás más de lo necesario.

horóscopo semanal de libra LIBRA
Cuando salgas del baño fíjate bien donde pones los pies y cuidado con la pastilla de jabón, que amenazadora, se ha deslizado por el suelo para que inevitablemente, te resbales y te partas la nuca con el lavabo. Durante la semana, atenuándose a partir del jueves, correrás peligros semejantes a este, todos de naturaleza casera. Es como si los pequeños objetos cotidianos de tu casa se hubiesen rebelado contra ti. Bueno, eso parece, pero en realidad se trata de un juguetón duendecillo invisible al que le ha dado por complicarte un poco la existencia. Ignórale todo lo que puedas y permanece fuera de casa todo el tiempo que te sea posible.

horóscopo semanal de escorpio ESCORPIO
Extrañas pesadillas relacionadas con los acantilados y los tiburones y algunas bolitas de alcanfor. Estas pes(c)adillas te obligarán a plantearte dos cosas con una excéntrica seriedad: la primera: hacerte paracaidista; la segunda: hacerle una visita al masajista o al psicoterapeuta. A pesar de estos contratiempos, tendrás una buena semana, sentirás que aprovechas mejor el tiempo de lo que realmente lo aprovechas y que la gente te quiere más de lo que te quiere en realidad.

horóscopo semanal de sagitario SAGITARIO
Un impostor intentará hacerse pasar por ti esta semana en el banco. Intentará sacar todo tu dinero, pero un superhéroe encapuchado lo impedirá. En cuanto a tu estómago va a estar revuelto, procura comer con menos sal y menos vinagre. Y hasta la semana que viene prohibido comer queso azul. Otra cosilla: si al mirarte al espejo te ves feo (o fea), no olvides que no estás viendo un reflejo de la realidad, sino la realidad misma reflejada en tu careto.

horóscopo semanal de capricornio CAPRICORNIO
Un genio saldrá del váter mientras evacuas y te concederá tres deseos. El primer deseo que le pidas te lo concederá al instante, procura ser muy preciso en lo que pidas para que no haya malas interpretaciones. El segundo deseo no te lo concederá hasta que pasen tres meses. Y el tercer deseo no te lo otorgará nunca. Lo malo es que él tiene otro sentido de primero, segundo y tercero, con lo cual no podrás preveer lo que te hemos indicado. Independientemente de esto, esta semana habrás de beber gaseosa y ventear con furia.

horóscopo semanal de acuario ACUARIO
A partir del martes acontecerá algo que te dolerá mucho en el orgullo y la autoestima. Alguien conseguirá difamarte con facilidad y durante unos días todos pensarán que eres lo peor de lo peor, un ser despreciable y avieso. Lo que más te dolerá es ver cómo todos se han creído los chismes acerca de ti sin cuestionárselos. La semana que viene se arreglarán estos bulos, pero sucederá algo que no te podrás explicar por más que los científicos más avezados del planeta intenten explicártelo. Pero ya sabes que cuando las entendederas son cortas…

horóscopo semanal de piscis PISCIS
Un amigo o amiga de la infancia o de la adolescencia tardía aunque puede que desconocido o ignorado desde tiempo ha, va a sentir algo distinto por ti. Se sentirá muy atraído por tu carisma, tus dotes de mando y tu profundidad psicológica. Hasta que se dé cuenta de que se ha equivocado de persona. Al fin y al cabo no eres más que un pez fuera del agua, por mucho que te las des de bípedo yendo de acá para allá.


Nota: Algunas de las predicciones de este horóscopo, por razones obvias, están escritas en clave. Este horóscopo se publica (normalmente) todos los domingos. Cualquier concidencia con la realidad NO es SÓLO mera casualidad.

autor: pepeworks / josé martín molina

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24 septiembre 2011


>> publicado previamente en Arte y Erotismo


Buen documental producido por c a n a l + en 2005 sobre la historia del "destape" en España, Cuando España se desnudó, con testimonios, anécdotas y curiosidades, entrevistas, fragmentos de películas, imágenes, etcétera. Los primeros fotogramas del vídeo nos muestran, escrito a máquina en primer plano, la fecha de la muerte del dictador Francisco Franco (1975): es el tímido pero decidido arranque (iniciado poco antes) de la etapa denominada del destape, esplendor que duraría exactamente hasta la legalización de la pornografía en España, en 1984.

23 septiembre 2011


Sueño (45) publicado en Un laboratorio indecente el 17/09/2011


(45) La consulta de los podólogos en un barrio chungo

Sueño de La consulta de los podólogos en un barrio conflictivo y chungo, con disparos y todo
Creo que voy en autobús desde abajo a una zona por las inmediaciones de Aluche (en realidad se corresponde a otra zona de la Carretera de Extremadura). Estoy caminando por un barrio de edificios de viviendas de no más de tres pisos, todas iguales, plantadas en un descampado de arena. Una zona urbana muy pobre, de clase muy baja. Estoy bucando la consulta de un podólogo, pero me extravío, no la encuentro entre estas casas de barrio bajo. Voy bastante bien vestido y con dinero encima (recuerdo cuando cogía, calculando las necesidades, el dinero antes de salir de casa), con lo cual todo el mundo me mira, especialmente pequeños grupos de chiquillos aquí y allá, que me da la sensación de que me están siguiendo. Lo cierto es que tengo miedo de que me atraquen.

Tres muchachos se dirigen a mí y me preguntan que a dónde voy. Creo que no digo nada, pero saben que voy al podólogo. Uno de los chavales se ofrece a hacer de podólogo por una módica cantidad, evidentemente no me fío ni un pelo. Justo en ese instante se abre una puerta de un piso bajo, a ras de tierra, de la que sale un vejete simpático: es el podólogo y me invita a pasar. Les digo a los chavales que cuando termine les invito a una caña (con la intención de no hacerlo, claro, pero lo que quiero es deshacerme de ellos cuanto antes, y también como amable rechazo a su oferta). Entro en la consulta del podólogo.

Más que una consulta o clínica, se trata de una casa familiar en la planta baja. Un enorme piso lleno de habitaciones y cachivaches curiosos e interesantes por todas partes. Una especie de desorden ordenado... Son dos médicos, uno el simpático y afable vejete que me abrió, otro un tipo moreno alto y educado. Aparte de podología, en el piso también hacen psicología y veo cómo entra una joven en una sala a realizar su terapia. Tendré que esperar algo antes de que me toque. Esta casa es un auténtico laberinto y parecerá que los sitios están cambiando continuamente de ubicación, por ejemplo el cuarto de baño. En la sala de espera, el médico alto me indica que no estoy nada bien de salud, con sólo observarme un poquito.

Ya ha llegado mi turno. Estoy en una sala enorme, con algunas vitrinas de cristal. Me atiende una enfermera vestida de blanco en lugar de los podólogos, que no aparecerán por aquí. En las plantas de los pies apenas tengo unas durezas en el talón y algún que otro sitio. La enfermera me aplica una pomada para que se vayan reblandeciendo las durezas. Y eso parece ser todo. Tendré que venir otro día a seguir con el tratamiento. Se ha hecho muy tarde, más allá de las 10 de la noche. Temo no haberme traído el suficiente dinero, pero nadie me habla de pagar, con lo que supongo que el pago se realizará en posteriores sesiones. Recojo mis cosas, mi abrigo, reviso el dinero.

Me dispongo a salir, estoy en la entrada, pero veo, chavales y jóvenes sospechosos, apostados aquí y allá, enfrente, a los laterales, mirándome, esperándome. Sus intenciones están bastante claras. El podólogo vejete está a mi lado, sintiéndose algo culpable por "haberme traído" hasta aquí. Para asegurarme del peligro vaticino en los rostros que desde la oscuridad aguardan, de pronto grito: "¡¡Policíaaaaaaaa!!". Y Efectivamente, al instante salen los malhechores huyendo disparados en todas las direcciones. Se ve cómo en el barrio se movilizan varias patrullas de policía, que vienen a nuestro encuentro.

Del primer vehículo de la policía que llega se bajan dos polis, y es uno de ellos, alto y fuerte quien se dirige a nosotros de una manera desabrida y maleducada, casi nos amenza preguntándonos si habíamos llamado nosotros y por qué. Tanto el podólogo como yo intentamos explicarnos, de manera muy sencilla, pero el miembro policial no nos deja ni hablar. Mientras, van llegando otros tres o cuatro coches más de la policía. De uno de los edificios colindantes suena un disparo y la bala, a cámara lenta, se dirige a la espalda del policía que nos estaba interpelando, que no se mueve ni un milímetro. Me da tiempo a apartarle de un empujón antes de que le alcance el balazo.

Ahora sí está claro que no habíamos pedido auxilio en balde. Nos ponemos todos a cubierto ante la lluvia de balas que se desata. Todos, excepto el policía borde, que sigue de espaldas a los tiros, en la misma posición, sin inmutarse. Las balas pasan muy cerca de su silueta, salvo dos que vienen a darle en la espalda. Nos quedamos asombrados al ver que no le afectan las balas.

Ahora es palmario que para salir de aquí la policía tendrá que escoltarme. Podrían acercarme al metro, que no está muy lejos, pero desde esa estación tendría que hacer numerosos transbordos, y algunos de ellos con muchos pasillos y larguísimas escaleras mecánicas que incitan al vértigo. Mi intención es que directamente me lleven a casa. Y parece que lo consigo. Tan contento entro en uno de los coches de la policía en el que irán dos guapas polis.

El libro de los sueños del autor José Martín Molina
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22 septiembre 2011




El mítico Ace of Spades de los ingleses Motörhead. 1980. La potencia sobria y desnuda de los motores eléctricos y una voz rugosa alzándose imperial llena de fuerza tranquila. Pioneros del rock duro (empezaron en 1975) y clasificados como una de las primeras bandas de heavy metal. Pero según nos dice el líder de la banda (único miembro que se ha mantenido desde los orígenes de la formación del grupo hasta la fecha), Lemmy Kilmister, tiene sus reservas y disconformidades a la hora de ser metido en el saco de los estilos del heavy metal (o speed metal o trash metal). Y le damos la razón. Sus raíces son más antiguas y profundas (ellos se hermanan con Black Sabbath o The Damned), y a nosotros nos resultan más cercanos por ejemplo a ZZ Top, al otro lado del charco, aunque sin su divina universalidad tejana. El estilo inconfundible de Motörhead se acerca más a una sobriedad sincera y sin aspavientos ni histerias, que se aleja mucho de la parafernalia, rayana muchas veces en la exageración y el horterismo, de los apologistas del heavy metal. Y por eso mismo, por mantenerse al margen de los excesos neorrománticos y delirantes de otras bandas, no se pasan de moda estrepitosamente (como podría pasarle por ejemplo a Iron Maiden). Nos parece que los decibelios de Motörhead siguen teniendo una poderosa fuerza vigente, con todo el sabor de los primeros "pistoleros" del rock duro.

Algunas declaraciones de Lemmy Kilmister en relación con ser incluído dentro de la música metal:
Pues sí, porque yo vengo de antes del metal. Yo toco rock n' roll y creo que el rock n' roll es sagrado - para mí lo es. No veo por qué no debe de serlo para los demás.
Es que han cogido lo equivocado. Creen que tocar alto y fuerte lo es todo y no es así. Los solos de guitarra no son complicados para un guitarrista, en realidad solo es tocar escalas. Para sentir un solo, véase a Hendrix. Él aprendió de gente como Buddy Guy, Lightnin' Hopkins. Para ser influenciado por alguien tienes que tocar como él.
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Sueño (44) publicado en Un laboratorio indecente el 12/09/2011


(44) La casera y el pervertido en las sombras

El sueño de La casera y el pervertido que me acosa una y otra vez desde las sombras
Llega a casa (una casa mucho más grande y espaciosa que la nuestra) la casera. La recibe mi madre mientras yo me encuentro fumando en la cocina. No me da buenas vibraciones esta visita, me temo lo peor. Mi madre hace pasar a la casera a la cocina tras decirle que estoy fumando ahí. No me hace gracia que me vea fumeteando en su casa. Le comentaré que habrá visto lo bien que le tengo cuidada la casa. Ella dirá algo mínimo a modo de reproche y pasa directamente al asunto que le ha traído aquí, y es lo que me temía: tenemos que dejar el piso, lo necesita para una familiar o algo así, me cuenta con amabilidad. Se deduce que de manera inmediata. Se sorprenderá mucho con el careto de desagrado que pongo. No sé si le responderé algo parecido a que no puede hacer una cosa así. Le insinuaré si se trata de más dinero. Sí y no; parece que por esta vía poco se puede conseguir... Se marcha, me indica que vendrá mañana a indicarnos el plazo que tenemos. La miro irse, pequeña, morena y bien entrada en años, pero atractiva.

Una vez se ha marchado me cabreo muchísimo. ¡Esto es lo que faltaba! Con todo el follón que supone buscar otro piso y mudarse. Con la cantidad de dinero que implica una mudanza y dejar señales, lo cual me dejaría casi pelado el dinero del banco, le cuento a Eva. Y la enorme pérdida de tiempo buscando pisos, reorganizando una nueva casa. Pienso en que debemos tener un amparo en la ley después de llevar alrededor de diez años aquí. Pienso en abogados. Pienso en Mecky, en llamarle. Pero yo ya no estaría cómodo en un sitio del que quieren que me vaya... Según lo hablo con Eva, es posible que en el mismo inmueble haya un piso de alquiler, son casi las dos de la tarde, aún puedo preguntárselo a Juan, el portero. Hay que darse prisa, no sea que por la demora no pille a Juan y luego sea ya demasiado tarde. Para ir más rápido me descolgaré por el hueco de las escaleras.

Me encuentro con el otro portero, el portero de la otra mitad del mismo inmueble (¿?), que me dice que sí, que hay un piso en alquiler. Se dispone a mostrármelo. El piso es de un solo espacio, un único salón y ya está. ¿Cómo es posible que sea más pequeño que el nuestro? Aquí no cabríamos Eva, mi hijo y yo. Definitivamente no. Ahora estoy en el ascensor con este portero, que de manera siniestra me entretiene para no salir del ascensor, yendo continuamente de abajo a arriba y de arriba abajo. Logro escaparme de la sospechosa insistencia de este portero. Y resulta que estoy lejos de casa, el piso que me han mostrado está mucho más al norte de nuestro barrio.

Voy por la calle, quizá por la zona de Bravo Murillo, y practicamente lo que necesito es volar con la prisa que tengo. Me fijo en que la gente dando un salto, se levanta con ligereza unos cuantos metros. Pruebo yo y efectivamente puedo ir dando livianos saltos de gigante y de esta manera desplazarme casi volando. Regreso pues a mi inmueble saltando por los tejados, las cornisas y las terrazas. Hasta que creo haber llegado, entrando desde arriba a mi terraza. Nuevamente a buscar a Juan. Lo encuentro en un inmueble mucho más alejado...

Y llega otra fase del sueño, en que partiendo del follón anterior, con su esencia, digamos, impregnando el aire, me hallo ante el ordenador, de noche, dedicándome al porno (imágenes y/o vídeos). Ya me había parecido presentirlo antes, pero es ahora, cuando estoy a punto, que me giro y veo a mis espaldas, en la oscuridad, observándome canino desde el pasillo, un tipo salido y vicioso que está "enganchado" conmigo. Al ver que le descubro desaparece. Me levanto, le busco. Y vuelve a aparecer con la obsesión de quedarse, excitándose sexualmente mientras me mira. Ahora está fuera, pero puede vérsele a través de los cristales de las dos puertas de la galería, que dan al descansillo. Me aseguro de tener los pestillos bien cerrados. Y ahora el perturbado saca una pistola y me apunta con ella. Retrocedo para salir de su campo de visión a través de los cristales. Mas vuelve a encañonarme desde otra ventana o desde el balcón.

No sé cómo pero vuelve a entrar en mi casa. El pervertido me explica que la pistola es falsa. Me la muestra. Efectivamente, le falta un buen trozo delantero con lo que no puede dispararse con ella. Se la quito de las manos con autoridad y le insto a que se marche. Y desaparece. Pero volverá a las andadas, de nuevo intentando entrar a través de los cristales de las puertas de las galerías. Eva, presente en algunos momentos, se mantiene al margen, la cosa no va con ella.

Otra vez está a punto de lograr entrar el perturbado, obsesionado conmigo, y forcejeamos en el descansillo. Lo pienso dos veces: podría levantarlo en volandas y arrojarlo por el enorme hueco de las escaleras, pero se mataría y habría cometido un crimen, me habría convertido en un asesino. Al final, la desesperación, la certeza de que no habrá manera humana de librarme de él, me decide a lanzarle al vacío. Así que sin mucha dificultad lo elevo y lo arrojo con fuerza por el hueco de las escaleras.

En su caída irá dándose porrazos aquí y allá con escalones, barandillas, esquinas, etcétera, a lo largo de cinco o seis pisos. Ya le doy por muerto. Pero ante mi mayúscula sorpresa me equivoco, el tipo se levanta como si nada y vuelve a subir. Llegamos nuevamente a las manos, vuelvo a izarlo y lo tiro otra vez escaleras abajo. Aunque algo maltrecho, tras la caída, ¡vuelve a levantarse! Y repetidamente se dirige hacia mí. Continuando una espiral repetitiva que da la sensación de no terminar nunca.

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21 septiembre 2011



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18 septiembre 2011


>> ir a la última entrega del horóscopo semanal

horóscopo semanal de aries ARIES
Un amigo (el que menos te esperas) intentará narcotizarte para abusar sexualmente de ti. De lograrlo, no te preocupes, porque no te enterarás de nada de lo que te haga. Ya sabes: ojos que no ven, corazón que no siente. O eso dicen algunos mentecatos. Aunque puede que acabes con alguna parte dolorida. Para lo cual te aconsejamos que no vayas al médico, podría administrarte un somnífero y abusar igualmente de tu anatomía.

horóscopo semanal de tauro TAURO
Hagas lo que hagas que sea con moderación y sin aspavientos. Si bebes, no hagas el pino. Si haces el pino, no vayas desnudo. Si vas desnudo, no te rasques. Si te rascas, no lo hagas con un punzón. Si usas un punzón, no te pongas el pijama. Si te pones el pijama, no bebas haciendo el pino. Y así sucesivamente. En la salud, una pulga resbalará por tu espalda divirtiéndose un montón.

horóscopo semanal de géminis GÉMINIS
Va a entrar una persona nueva en tu vida. Y lo hará de una manera bastante frecuente y poco original. Entrará por la puerta. Y de la misma manera, saldrá por la puerta. Esa persona no esconde ningún secreto y en definitiva, es un poco ramplona.

horóscopo semanal de cáncer CÁNCER
Te encontrarás con un antiguo profesor tuyo de matemáticas de la manera más inverosímil. Que, sin ninguna explicación previa te arrastrará a una sauna y allí te ofrecerá una toalla y te volverá a explicar cómo funcionan las raíces cuadradas, o quizá el teorema de Krutzarbert. Con respecto al amor, el profesor tendrá alguna lección más que darte. Túmbate y déjate hacer.

horóscopo semanal de leo LEO
Un pequeño sustito es lo que preconizan tus designios astrales, querido Leo. Sabrás de lo que hablamos cuando ocurra algo que te desencaje la mandíbula. Ten paciencia. Ten cautela. Y ten mucho dinero, lo vas a necesitar.

horóscopo semanal de virgo VIRGO
Esta semana, a mediados del principio del fin, irás teniendo singulares hormigueos en la tripa. Pero no se tratará de hambre. Después oirás el canto de un jilguero. Y luego llegarán las voces. Sí, las voces dentro de tu cabeza. Te dirán que compres la bonoloto y que con un cuchillo le quites la roña a un mendigo. Pero no hagas caso. Ve a los loqueros a que te encierren un rato, esto te apaciguará. ¿Algo más que añadir a las predicciones de tu semana? Pues sí: es posible que a partir del jueves te pique un pie o un huevo o un ovario.

horóscopo semanal de libra LIBRA
A partir del martes tendrás que LIBRAr una batalla en tu interior. De esa batalla, no te LIBRA ni dios. Si vas a coger un taxi, procura que esté LIBRA. Para el resto de tus aspectos vitales, te diremos que tendrás que caLIBRAr con detenimiento para poder estar equiLIBRAdo. Y si tienes memoria para los malos rollos, tendrás que olvidar con el eficaz remedio de tomarte un cubaLIBRA.

horóscopo semanal de escorpio ESCORPIO
Porque nos apetece que así sea, esta semana se acentuarán una barbaridad dos aspectos de tu personalidad: tu complejo de renacuajo y tu hipocondria. Nada grave, en el fondo. Come espárragos y que te sienten bien, aunque lo dudamos.

horóscopo semanal de sagitario SAGITARIO
Esta semana vas a salir en los periódicos o en las revistas de moda. Aparecerás en una foto junto a alguien famoso, en la sección de “sociedad”. Aunque no lo creas, la foto será real, no estará trucada. Y el retratado serás tú y sólo tú, nada de un doble tuyo que no conoces. Se trata de misterios de la vida y de que han pillado tu careto vía satélite. Y otra cosa: esta semana te va a crecer un poco la oreja izquierda, pon un pendiente pesado en la otra oreja, para compensar.

horóscopo semanal de capricornio CAPRICORNIO
Te aconsejamos que veas la película “Huir echando leches de las pirámides de Keops” del director austro-húngaro-chiprense-vietnamita-anglo-parlante Fuss Komenkawa. La película solucionará un importante aspecto de tu vida que lleva tiempo preocupándote e incordiándote.

horóscopo semanal de acuario ACUARIO
A partir del miércoles estarás profundamente obsesionado con los felpudos. El significado de esta obsesión tiene que ver con un desarrollo paranoico-mental que podría perturbar tu psique en las próximas horas. Para curarte te diremos que saltar sin paracaídas puede ser un remedio, pero no una solución. El amoniaco puede ayudarte.

horóscopo semanal de piscis PISCIS
Cero por cero es cero. Esta semana tendrás un cero en conducta, un cero en inteligencia emocional, un cero en previsión de catástrofes, un cero como amante, un cero en ingresos económicos, un cero en encuentros en la tercera fase, un cero en agilidad muscular, un cero en ingenio, un cero en perseverancia. Con lo que la multiplicación de tanto cero da… cero. Pues ya sabes: ¡multiplícate por cero!


Nota: Algunas de las predicciones de este horóscopo, por razones obvias, están escritas en clave. Este horóscopo se publica (normalmente) todos los domingos. Cualquier concidencia con la realidad NO es SÓLO mera casualidad.

autor: pepeworks / josé martín molina

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