08 diciembre 2011




Decir o suponer o imaginar o recordar (o inventar) cuando las referencias se pierden en un lavado de viciada memoria, en un desquite de los anclajes de la realidad, en una mansa, hiriente, estancada, falta de apoyos sensoriales que establezcan un tiempo / espacio acotado, mensurable y cierto. Y así la recostrucción del pasado, de un pasado, pierde sus piezas que encajan y ante el puzzle roto encontramos, como diplodocus que nos pisa desparramándonos en un zumo de infranqueables posibilidades, una doble consecuencia: la LIBERTAD ácida de permanecer flotando sin raíces y la LOCURA eterna de vivir en la más estricta atemporalidad.

Porque cuando vine a encerrarme (por una apuesta según digo supongo imagino recuerdo ¿invento?) entre un castillo conformado con estructuras infinitamente crecientes de libros apilados sobre libros apilados, como sudario paginado de una entelequia intelectualmente perversa, sin posibilidad de transitar el exterior, al igual que acolchados astronautas en su cápsula recorriendo las tripas y esfinges del cosmos (¡cómo somos!), embalsamado, atemporal, circunscrito, elegiaco, sepultado, vine a traerme todo lo necesario para semejante supervivencia, todo lo necesario repito, excepto un pequeño detalle, algo cotidiano que de tan presente pasa desapercibido, que de tan tiránico ya nos resulta tan invisible como insoslayable...

Esos aparatitos de diversa forma y funcionamiento con un destino y objetivo común: decirnos qué hora es, qué día es. No ya relojes de pared, de mano, de pulsera, despertadores, relojes de cuco, de arena, digitales, de cuerda, de sol, cronómetros, si no que tampoco una televisión, una radio, la periodicidad entintada de un periódico, la suscripción a una revista con su puntual entrega, o ni siquiera el reloj en la torre de una iglesia que se dejase observar desde cualquiera de las ventanas de mi confinamiento exacerbado, ni por supuesto el teléfono fijo o móvil para llamar, oír una voz al otro lado del agujero temporal y preguntar: ¿¿¿qué maldita hora es???, ¿¿¿qué MALDITO día es???


autor: pepeworks / josé martín molina
► ver más sobre la novela Mermodindat
publicado previamente en Un laboratorio indecente


Estás viendo el blog personal del escritor y diseñador José Martín Molina (Pepeworks). Puedes saber más sobre sus creaciones en sus sitios web:
► web de escritor: www.josemartinmolina.com
► web de diseño: www.pepeworks.com . Se agradece la visita!
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