31 marzo 2012


Sueño (6) publicado en Un laboratorio indecente el 24/04/2011


(6) Póker de culos enfundados en latex

Cuatro culos femeninos envueltos en látex me persiguen en sueños
Viene Miva Gold a casa por cuestiones de trabajo, a ampliar su book de vídeo. Estamos solos en casa viendo ante la mesa y el ordenador su material de vídeo, que no es estrictamente profesional, pero se trata de poner algo que engañe, como si fuera profesional. Algún viaje o imágenes caseras de vídeo. La idea es poner algo para que parezca un montaje nuevo, truco que de cuando en cuando utiliza Miva para volver a hacer la obligada rueda profesional. Encontramos un vídeo que puede valer. Pero el resto... no termina de encajar. Ahora sentados, semipegados, en cama estrecha de habitación, una habitación transformada, no del todo reconocible, habitación más de joven que vive en casa de sus padres que habitación de adulto independizado, me muestra fotos de su último viaje, por si nos pudiera servir algo para su vídeo. Curiosamente en vez de ir viendo fotografías, vemos a vista de pájaro, como desde avión o helicóptero, con la lentitud del vuelo, a media distancia, mirando hacia abajo, una sucesión de montañas y montañas, rocosas, color marrón, con pedruscos enormes, cubiertos aquí y allá por aisladas capas de nieve. Le digo sorprendido: "¡Has estado en la Antártida!". Y ella me responde que no, que son Las Montañas Rocosas de Madrid lo que estamos viendo. Me quedo alucinado de que haya semejantes montañas y semejante paisaje en la provincia de Madrid, no lo sabía, le digo a Miva Gold. Parecemos ver, cuando el avión o helicóptero se retira de las extensas montañas nevadas una larga carretera de domingueros en un atasco, viniendo en sentido contrario, osea, en dirección a las montañas que nosotros acabamos de dejar.

Después estamos sentados en el sofá. Miva, alegre, pizpireta y algo coqueta, me comenta que esta casa no es grande del todo. Le explico que sí, que está muy bien, aunque podría ser más grande, eso sí. Y le cuento cómo era el piso de la corrala donde vivía antes, todo ínfimo, estrecho, un cuarto de baño ridículo, una minúscula cocina-pasillo, donde sólo cabía el fregadero, a un lado, y la lavadora, al otro. Ahora me encuentro en el baño. Miva esperando fuera. Me encuentro mirando mi rabo en el w.c. Resulta que tiene pelos negros pegados en el capullo y una espesa capa pegada como de horchata. Voy tirando con cuidado de los pelos enroscados, pensando que no me había duchado..., menos mal que esto no se ha notado, pienso. Cuando salgo sigue Miva ahí, y acaban de llegar Eva (mi chica) y mi hermana. De repente hay dos tías más. Me hacen un extraño juego. Se ponen Miva, Eva y las otras dos, que no conozco ni he visto nunca (¿amigas de Miva Gold?), de espaldas, las cuatro de pie y de espaldas, van vestidas igual, con pantalones de cuero negro, más bien látex, super-ajustados, marcando bien claramente los culos. Pantalones de cuero-látex, sin bolsillos, traseros perfectamente apetecibles.

El juego consiste en que adivine de quién es cada culo, estando ellas de espaldas y sin que yo vea las caras. Se supone que no sólo se trata de distinguir, sino de elegir culo, lo que conlleva elegir chica. De espaldas los culos son muy parecidos, sólo se distinguen más o menos por las largas melenas que caen exhuberantes y quietas por la espalda. De izquierda a derecha tengo ante mí: cabellera rubia, cabellera morena, cabellera morena, cabellera rubia. Simetría. Y los culos también simétricos y excitantes, las 4 chicas con la misma altura, cuestión de escasos centímetros. Pero no se están quietas, no paran de moverse y Eva hace trampa: para que no me equivoque en la elección y sepa quién de las cuatro es ella, muestra, como despistadamente, el perfil, dirigiéndose a la que está en el extremo derecho, diciéndole no sé qué (cualquier cosa que sirva de excusa para medio girarse y así delatarme su posición). También sé que, desde el principio, Miva Gold está en el extremo izquierdo. Eva, por lo tanto, a continuación, y las otras dos del lado derecho. Las cuatro están abrazadas en cadena por la cintura. Sin duda, los dos culos que me llaman más al deseo, perfectos en sus formas embutidas en el látex, son los de Miva y Eva. El de Eva aún más hermoso. Uhmmmm. Pero se mueven demasiado para poder analizar bien las perfectas formas, Eva aprovecha cualquier excusa, cualquier frase u ocurrencia, para volver a dar(me) medio perfil, ¡para que no me equivoque de culo! Y las otras le regañan, eso no vale, mira al frente como hacemos todas, le dicen (aunque para decirle esto, ellas también giran medio perfil...).

Quiero estudiar mi elección más en detalle, estudiar las mínimas diferencias que terminen por inclinar la balanza de mi elección. Es difícil elegir. O una u otra. Culitos muy, muy sabrosos. Podría derretirme muy fácilmente. Para evitar las artimañas de Eva, se me cierra el plano de lo que veo, así sólo veo un trozo final de las melenas y en el centro del plano los sugerentes culos. El plano se va aproximando más y más, hasta tener prácticamente (yo estoy sentado en el sofá) los dos culos principales a un palmo de mis narices. Y es ahí, justo ahí, cuando me despierto.

El libro de los sueños del autor José Martín Molina
Narración perteneciente al libro de relatos "Sueños" (Tomo I) del escritor José Martín Molina. Ahora disponible tanto en formato libro como en formato eBook.

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30 marzo 2012


Sueño (5) publicado en Un laboratorio indecente el 22/04/2011


(5) Muerte súbita del gran futbolista Raúl

Sueño: Muere Raúl, el gran jugador del Real Madrid

He soñado que moría Raúl, Raúl González, el gran futbolista, el jugador del Real Madrid, ahora jugador del Schalke. Moría de repente, fulminado de golpe, inexplicablemente, rodeado de misterio y soterrada polémica, moría sin más. Me llegaba su muerte en el sueño como una noticia real, verdadera, pero difícilmente creíble. Extrañas circunstancias rodeando su muerte, quizá tratos con gente oscura, quizá narcotraficantes, o alguna mafia clandestina.

El libro de los sueños del autor José Martín Molina
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29 marzo 2012


Sueño (4) publicado en Un laboratorio indecente el 21/04/2011


(4) El atracador

fragmento de la obra Crisálida de hombre durmiente II, de la pintora Eva Román, retrato del autor - haz click sobre la imagen para ver el cuadro
Están Eva y Amador, mi mujer y mi hijo en la calle, cerca de un cajero. Calle tranquila y poco frecuentada a estas horas. Van a sacar o ya han sacado dinero del cajero. Hay un atracador rulando por aquí. Aparezco. Parece que yo ya he sacado dinero del cajero. Creo que entre 200 o 300 euros. Hablo con el atracador. Me dice que de que le demos 50 euros no nos libramos. Me imagino que quizá tenga navaja, tiene toda la pinta. De repente el atracador es de color, negrito. Y al poco merodeará por aquí otro atracador, o sea que serán dos. Me detengo a pensar. Así estamos como varias figuras, algún personaje más que aparece, de forma nebulosa, para también sacar dinero, pero quizá ni exista el eventual visitante. Pienso pues en qué hacer. Estamos todos relativamente distantes, Eva y Amador allí, yo aquí, el atracador protagonista un poco más allá, el nuevo atracador algo más separado. Yo me encuentro pues entre los atracadores y mi familia. Y pienso. Podría perfectamente darle 50 euros, sacarlos de la cartera, y nos evitamos problemas, que quizá se pongan violentos, aunque de momento se han mostrado amables, al menos con el que he dialogado. Pero no termina de convencerme esta alternativa, ya que seguro que si le doy con tanta facilidad 50 pavos, pensará que tengo más, y me instará a darle más, cosa que ya no me hace ninguna gracia. Otra opción es intimidarle, decirle que sé kárate y hacer amagos típicos del kárate (evidentemente no tengo ni idea de kárate). Otra opción, fíjate, sería irnos sin más, al fin y al cabo los atracadores casi nos ignoran, educados, pasmosos, respetuosos, a la espera de otra presa. Pero por alguna razón, irse tan tranquilamente, como si no pasara nada, no forma parte de la lógica del sueño.

El libro de los sueños del autor José Martín Molina
Narración perteneciente al libro de relatos "Sueños" (Tomo I) del escritor José Martín Molina. Ahora disponible tanto en formato libro como en formato eBook.

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28 marzo 2012


página web de Ramón de Pilar (alta decoración, interiorismo, espacios interiores, asesoría de mobiliario, diseño doméstico, arquitectura)
(149) web del decorador Ramón de Pilarwww.ramondepilar.com
web diseñada por pepeworks: www.pepeworks.com

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27 marzo 2012


El deseo de cambiar el mundo: citas y frases de Leon Tolstoi
Citas y frases de Leon Tolstoi (2):
Cambiar el mundo

> ver biografía de Leon Tolstoi
> ver más sobre Leon Tolstoi


Todos piensan en cambiar el mundo, pero nadie piensa en cambiarse a sí mismo.

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26 marzo 2012


Penetraciones (novela), entrega número 38: Variedades cotidianas 2ª parte: 2ª entrega: la misteriosa relación entre las patatas podridas y las películas porno
Novela: Penetraciones (38): Más variedades cotidianas (II)


De momento, entre que pienso si prefiero elegir peli de tías con las tetas gordas o no, voy a escuchar a Debussy. La Mer, de Debussy. No consigo entender cómo en su estreno, ésta obra fue un escándalo de aúpa. El mar... El mar... Siempre el mar... El mar... El mar de semen que voy a derrochar esta noche. Quizá se despilfarre el espermatozoide de un futuro genio, de un futuro Nobel de la Paz. Me reconforta pensar esto. Podría tener en mi reserva dentro del escroto un esperma genial, una suerte de salvador del mundo (si se demuestra que existen esos seres), otro Jesucristo quizá o un Ghandi, o un Flemming. Y me voy a quedar más ancho que largo desperdiciándolo con una triste y solitaria gayola. Será un crimen simpático e inocente. Claro que a lo mejor tendrían que indemnizarme, porque, a lo mejor, almaceno el gen preciso para generar otro Hitler y dejaré de igual manera que se seque sobre el suelo o un trozo de sábana o la camiseta con que me limpie. Sólo si estuviese enteramente seguro de que podría engendrar a otro Stravinski, iría corriendo a hacerme la paja a un banco de semen.

Entre que pelo otra patata, con aspecto marronáceo, como extraída de un lodazal, pienso que tendré que dedicarle más líneas futuras a los preservativos, ésos capuchones abominables que con frecuencia tenemos que usar y que son tan antiestéticos como incómodos. Es como si a un pájaro le pones un traje de buzo. O como si metes a un delfín en un ascensor.

extracto perteneciente a la novela “Penetraciones” (© libro registrado en la sociedad general de autores)

Penetraciones: Una novela del escritor José Martín Molina

¡La novela Penetraciones del escritor José Martín Molina ya está a la venta! Tanto en formato libro como en formato eBook.

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25 marzo 2012


>> ir a la última entrega del horóscopo semanal

horóscopo semanal de aries ARIES
Un nuevo amigo irrumpirá en tu vida. Será un tío extraño que habla 138 idiomas y es capaz de absorber de una sola atacada un inmenso plato de spaghettis. Puede que tenga abundante pelo en las orejas y también es posible que tenga ocho extremidades como algunas deidades hindú. Este amigo te salvará la vida a partir del jueves, además te salvará de la bancarrota y de los influjos de algunos malos espíritus muy cabrones. Y si no te crees lo que te decimos, tira de ésta.

horóscopo semanal de tauro TAURO
Te sentirás muy cansado y hastiado. Se debe a una mala combinación estelar. Los planetas que rigen tu signo se van a tomar algún gin-tonic de más y eso va a causar estragos en todas las emociones relacionadas con tu autoestima. La resaca planetaria te afectará igualmente y durante unas horas no podrás mover ni un solo dedo.

horóscopo semanal de géminis GÉMINIS
Desearás arrojarte en paracaídas para escapar de una fantasmal aparición en uno de tus más extraños y singulares sueños. El caso es que (soñando) una horda de cavernícolas querrá apresarte para devorarte el corazón. Te verás obligado a las mayores proezas atléticas para zafarte de tus terribles perseguidores. Así durante esta semana vivirás auténticas experiencias del tipo Agente 007, con pirotecnias, explosiones y todo. Pero eso será mientras duermas y sueñes. En la vida real, es decir despierto, no pasará absolutamente nada emocionante, salvo que quizá tengas agujetas de tanto ajetreo en los sueños.

horóscopo semanal de cáncer CÁNCER
Tu predicción semanal, que no quincenal, querido Cáncer, viene en clave. Así nos lo ha hecho llegar el Mensajero de los Vientos, que esta vez andaba (volaba) algo desastradamente. Y la predicción dice así: “Regurgitar la comida es un sistema que emplean algunas aves marinas de algunas costas del Pacífico Sur, entonces el relámpago romperá las tinieblas y se encenderá una vela en una sacristía rústica y lejana”. Para que descifres esta clave podemos indicarte un buen traductor de japonés.

horóscopo semanal de leo LEO
Al fin te llega uno de los momentos más esperados de tu vida. Lo que te llevará a gritar o bien “¡Aleluya!” o bien “¡Eureka!” o puede que sencillamente exclames “¡Al fin, coño!”. Pero no es oro todo lo que parece y mucho menos todo lo que reluce. Y no todo lo que parece es oro, ni siquiera áureo. Y ni siquiera lo que reluce es pan de oro. En realidad, lo que queremos transmitirte es que quizás te hayas equivocado de momento. O de vida. Pero no lo pienses demasiado y disfruta de un helado de vainilla.

horóscopo semanal de virgo VIRGO
Alguien inventará un chisme acerca de tu vida privada que te acarreará consecuencias no muy afortunadas. Muchos pensarán que mantienes una despreciable y amoral doble (incluso triple) vida. No te preocupes que todo tiene arreglo. O eso dicen. Y a saber quién lo dice.

horóscopo semanal de libra LIBRA
Tu vida se conducirá estos días con un leve y relajante balanceo. Tus nervios estarán templados y bien armoniosos en conjunción con tus jugos gástricos. Te parecerá, en muchos momentos, una semana nirvanesca. En el amor, eso sí, habrá un sobresalto al descubrir que alguien ha introducido una caja de condones en uno de tus cajones.

horóscopo semanal de escorpio ESCORPIO
Vas a verte muy interesado por la cultura de las piscifactorías. Además, vas a tener unos hermosos días muy fraternales. Aunque no todo va a ser tan sonriente. En concreto, tu líbido se va a ver disparada, de martes a domingo, al 1000 x 1000. Vamos que vas a estar que te sales, o dicho de otra manera: cachondo (o cachonda) perdido (o perdida). Babearás de deseo por todo lo que se mueve con dos o cuatro (u ocho) piernas. Nos tememos que sólo unas constantes duchas muy frías te van a salvar de que las autoridades competentes (y no tan competentes) te metan entre rejas por maniaco sexual.

horóscopo semanal de sagitario SAGITARIO
Esta semana tendrás pesadillas constantes con el asesino de la cuchara (ver el vídeo que hay debajo de tu predicción). Lo que te obligará durante estos días a no comer nada con cuchara. Usarás o el tenedor o el cuchillo o las manos. Todo lo que tenga que ver con las cucharas te producirá vómitos y diarreas. Sin embargo, en el amor identificarás a un ser querido con una inmensa cuchara sopera.


horóscopo semanal de capricornio CAPRICORNIO
Se te va a enredar una pierna con la otra y podrás caer de morros en un momento embarazoso. Esto te puede pasar varias veces a lo largo del día. Es temporal, desde luego, y se debe a que una de tus piernas se ha enamorado (temporalmente) de la otra pierna e intenta continuamente abrazarla. Para evitar males mayores te aconsejamos que le pongas una venda a la pierna enamorada, así no verá al objeto de sus deseos, o sea tu otra pierna.

horóscopo semanal de acuario ACUARIO
Según una predicción de Nostradamus (“Nostramamus” según lo llaman algunos) durante estos días un nativo del signo de Acuario se levantará de entre los muertos y redimirá el mundo del deporte en Australia, lo que permitirá que se logre un nuevo récord guiness en el lanzamiento de boomerang con las manos atadas. Para leer más tonterías, dale la vuelta a la hoja.

horóscopo semanal de piscis PISCIS
Una regresión infantil te llevará constantemente, como si de un columpio se tratase, a balancearte continuamente sobre las sillas. Cuidado con darte un señor porrazo. En los negocios, el dinero que pase por tus manos se multiplicará por cero. En el amor, después de bastante tiempo tendrás una relación sexual plena, aunque fortuita y puede que fantasmagórica. En el terreno gastronómico, recoge las migas que caigan al suelo y utlízalas para no perderte.


Nota: Algunas de las predicciones de este horóscopo, por razones obvias, están escritas en clave. Este horóscopo se publica (normalmente) todos los domingos. Cualquier concidencia con la realidad NO es SÓLO mera casualidad.

autor: pepeworks / josé martín molina

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24 marzo 2012


Sueño (3) publicado en Un laboratorio indecente el 20/04/2011


(3) Una de gángsters

fragmento de la obra Crisálida de hombre durmiente II, de la pintora Eva Román, retrato del autor - haz click sobre la imagen para ver el cuadro
Aunque el sueño empieza antes, con mucha acción, mucho movimiento, distintos escenarios, no recuerdo la parte inicial, una nebulosa devorada por el olvido nada más levantarme. Empiezo por tanto a narrar desde que la memoria inminente ha salvado la película.

Subo solo por el ascensor al cuarto piso (de nuevo el piso de Alcorcón). Todo el edificio está desierto. Cuando llego al cuarto piso, por unos guardias con casco e hiperprotegidos me entero de que hay una fuerte radiación en el inmueble, sin embargo en el cuarto piso, esa radiación aún no es letal (sí a partir del quinto piso). Con lo que las fuerzas del orden público, sorprendentemente me dejan pasar "bajo mi responsabilidad" y así entro en el cuarto B. La puerta entornada, sin cerrojo. Dentro del piso está todo removido, envuelto en cajas. Hay una guardiana, la que se ha encargado de embalar todo y tirar cosas a la basura. La guardiana, de mediana edad, zafia pero eficaz, forma parte de los malos, de una banda del mundo del hampa. Empiezo a abrir cajas y a buscar. De repente somos una gran multitud dentro del piso, abriendo cajas y cajas, cajas en armarios, dentro de muebles, apiladas en la cocina, en el salón, cajas por todas partes, que vamos abriendo, descubriendo el contenido, hojas, papeles, recuerdos, todo mi pasado disperso en miles y miles de documentos, folios. Yo soy el que busca con más encono, con rabia. Al final, entre todo el caos, ya sólo me importa encontrar dos manuscritos (de los que no hay copia y de perderlos, de no encontrarlos, estarían perdidos para siempre, irrecuperables). De las dos obras manuscritas, una es mía, una novela, la otra es de mi amigo Javier Fernández Aracama. La furia, la impotencia, la desesperación tras abrir cajas, cajas, cajas, encontrando todo tipo de recuerdos, algunos juegos infantiles, papelitos, anotaciones, dibujitos, etcétera, me lleva (creo) a hostiar a la guardiana, pero no suelta prenda, no me dice qué ha hecho con los manuscritos.

Mucha gente ayudándome a buscar. Aparece mi padre mostrándome lo que ha encontrado en otra caja. Qué pesadilla de cajas, cuántas, cajas y cajas, apiladas a distintas alturas, hasta el techo algunos de estos apilamientos, y más cajas, en cualquier rincón, en todos los armarios, en todas las oquedades, solo quedan pasillitos para pasar entre las cajas. Empiezo a pensar que esta hija de puta se ha deshecho de los manuscritos, que ya no están aquí, que los habrá quemado o tirado a la basura. Pero no puedo resignarme a no recuperarlos. Es cuando me propone, la muy zorra y muy ladina, un acertijo para encontrar lo que busco, una especie de enigma imposible, a ver cómo. Me dice que tengo que buscar subido a una bicicleta y llevando no sé qué objeto en la mano. Sólo así encontraré los codiciados manuscritos. No suelta ni media prenda más, aunque la torturáramos. Salgo de este escenario, no recuerdo con exactitud, pero creo que me veo recorriendo calles un segundo en bicicleta. Debe haber más persecuciones, más movimiento...

Vuelvo a estar en el mismo piso. Pero esta vez no hay ni rastro de las cajas, ni de la kafkiana guardiana. Varios gángsters me tienen secuestrado, nos tienen secuestrados, a mí y a los que parecen ser mis seguidores (unos cinco o seis o siete u ocho...), la mayoría chicas, que no recuerdo conocer, pero ellas sí me conocen y a juzgar por su cariñoso afecto, deben ser amigas, amantes, cómplices, ¿fans?, que no reconozco. Los gángsters de película, trajeados, algunos con el clásico sombrero, años 20, años 30, luces de fléxores por los espacios y rincones (aunque también parece haber mucha luz ambiental). Curiosamente, aunque secuestrados, sin poder salir, podemos movernos, no estamos atados. Gángsters armados, aunque no se ven la armas. Sin que en ese momento se fijen en mí los secuestradores, descubro, semi arrastrándome, en el último cajón de un escritorio unos cuantos billetes, entre los que hay uno de 100 euros. Agarro un puñado y me lo guardo en la rabadilla, detrás de los calzoncillos largos azules. Luego agarraré el resto y lo guardaré en el mismo sitio. Me meten en un amplio ascensor, dos o tres matones alrededor. Deciden esposarme una mano a una barra horizontal para sujetarse del ascensor. Temo que me vean los billetes que he robado, que asoman por fuera del calzoncillo. Cada dos por tres, mientras sigue la acción, estaré recolocándome el dinero para que no se caiga y no descubran mi hurto. Los calzoncillos largos están flojos de la cintura, de ahí la continua precaución. Esposan a otra chica a mi lado, una de mis seguidoras, que empieza a chillar como una histérica, creo que tiene pánico a bajar en un ascensor o algo así. Uno de los matones, en tono frío, pero terriblemente amenazador le dice: "¿Por qué no te calmas?". La chica se calla al instante. Nos llevan no sé dónde, por aquí, por allá, creo que en algunos momentos nos hemos liberado, pero no. Sí recuerdo el constantemente vigilar los billetes que pujan por asomarse, caer hacia afuera, o escurrirse por dentro del calzoncillo y caer igual y delatarme peligrosamente. Es curioso, pero de cintura para abajo sólo llevo estos calzoncillos.

Y volvemos al mismo piso con los rufianes, que parece que han escapado de una reyerta. Ahora saco los billetes, convertidos ahora en algo parecido a vales. El jefe de la banda, ve los billetes que le muestro y aunque ni pestañea veo cómo está cabreadísimo. Mira a sus esbirros, como inquisidor, no despega los labios pero parece oírse perfectamente: "¿Quién ha sido el inútil que ha permitido que nos roben de una manera tan tonta?". Sin ser señalado por ninguno de los esbirros congregados en un largo sofá, toda la atención recae en el matón principal, la mano derecha del mafioso, que se comprime culpable al ser descubierto en una torpeza que desconocía. Todos saben ahora que sus últimos momentos están contados. Suenan varios disparos. El gángster mano derecha está en el volante de un coche y cae hacia adelante abatido por los disparos. Asunto arreglado, ha pagado la imprudencia de no esconder bien los billetes. Pero no, resulta que ahora estoy a su lado. No le han dado, ha fingido su muerte. Arranca el coche, con su típico sombrero de gángster casi tapándole los ojos y se dirige hacia el edificio donde está la ratonera de la banda criminal. Yendo con el coche despacio, muy despacio, cuando está debajo de las ventanas del piso de la banda, casi sin mirar, sacando la mano por la ventanilla, coche negro típico de película de gángsters, dispara tres veces hacia la ventana donde se supone que su jefe (ex-jefe) está asomado. No se ve si le da. Aunque yo no voy en el coche con el asesino, le pregunto si le ha dado y me responde que cree que sí, pero que va a volver a intentarlo. Efectivamente, como si fuera una noria, va dando vueltas con el coche, despacio, alrededor de la manzana, que apenas es de sólo un edificio, el edificio en cuestión, y en el mismo punto va repitiendo los disparos. Parece que le matan, tras sonar múltiples disparos. Pero no se sabe, sencillamente desaparece de la acción del sueño.

Ahora, abajo, vamos a montar en un flamante coche negro, prefecto reflejo de la época de esplendor del mundo de los gángsters a lo Dashiell Hammett. El jefazo ahora parece ser mi amigo, o al menos pretende manifestar que ya no estoy en régimen de secuestro o vigilancia. Me sonríe, alto, moreno, seguro, peligroso (pero no ya peligroso conmigo). En el coche, junto a dos o tres de sus sicarios, suben también mis chicas, las que me acompañan, dos o tres, contentas y sonriendo. Sigo sin re-conocerlas, pero ellas me quieren, desde hace tiempo, me son fieles, han pasado muchas cosas conmigo desde hace mucho. Como si siempre hubieran estado a mi lado.

El libro de los sueños del autor José Martín Molina
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23 marzo 2012


Hay, desde luego, muchas maneras de acabar con un peluquín horroroso, pero esta que muestra la imagen es una de las más grotescas, crueles y aparentemente inocentes que puedan imaginarse. En el más festivo y familiar de los cumpleaños infantiles el pelo de un adulto sale ardiendo por la travesura quisquillosa de un par de chavales tocapelotas. No cabe duda que el tipo éste va a recordar esta fatídica celebración durante el resto de su (calcinada) vida.

Cumpleaños infantil peligroso o la manera de acabar con un peluquín horroroso

El secreto de la felicidad: citas y frases de Leon Tolstoi
Citas y frases de Leon Tolstoi (1):
El secreto de la felicidad

> ver biografía de Leon Tolstoi
> ver más sobre Leon Tolstoi


El secreto de la felicidad no es hacer siempre lo que se quiere sino querer siempre lo que se hace.

> ver más citas y frases de Leon Tolstoi
> ver más citas y frases ilustres

22 marzo 2012


>> publicado previamente en Arte y Erotismo

Downtown, técnica mixta, obra de Mia Mäkilä, mujeres vintage ardiendo en un infierno moderno

Downtown: Ambiente telúrico y fuego, a modo de infierno moderno ardiendo (revisión de Dante, El Bosco...), sometidos al tratamiento de las "eyaculaciones" de manchas de pintura abstracta. Una especie de atractiva y sugerente broma o recreación macabra donde nuevamente encontramos la combinación de recortes de edificios torre a modo de pedestal para desnudos femeninos vintage que disfrutamos en otras obras de Mia Mäkilä, artista plástica nacida en Norrköping, Suecia, en 1979, y que se define a sí misma como "artista del horror".

>> ver más sobre Mia Mäkilä
>> ver sitio web de Mia Mäkilä

21 marzo 2012


Sueño (2) publicado en Un laboratorio indecente el 19/04/2011


(2) Regresiones al instituto y a las clases de pintura

fragmento de la obra Crisálida de hombre durmiente II, de la pintora Eva Román, retrato del autor - haz click sobre la imagen para ver el cuadro
Sueños raros que mezclan gentes, lugares, situaciones, en un encadenado bastante caprichoso aparentemente. Hay una fiesta que se va a dar a cargo de Pato en el instituto, muchos años después del instituto, durante varios días consecutivos, pero si bien ya somos adultos, las fiestas serán plenamente infantiles, empezarán a las 6 de la tarde y no se prolongarán más allá de las 10 de la noche, por supuesto no habrá ni alcohol. En principio, por rebeldía ante tamaño panorama juvenil y con pocos alicientes, tengo la intención de escaquearme y no ir, aunque he afirmado la noche anterior ante la camarilla de Pato que sí, que iré. Pero terminaré yendo los dos primeros días. Multitud extraordinaria de gente, miles, contacto con un grupo neocatólico, allegado al corpúsculo de Pato, tipo catequesis, paseo con buena planta entre adolescentes hipersexuadas, que me devoran con la mirada ante mi manifiesta impasividad (o eso creo), que poco me interesan unas yogurinas, la verdad. Y me las piro. Creo que cojo un taxi nocturno. De repente viaja conmigo Carlos (Sir Charles). Y ya estamos tomándonos algo por ahí, sobre una mesa, en un bar incierto y me confiesa cómo se han viciado en el trabajo. Creo que también me ha invitado a una puta, pero esto es sumamente pasajero. Y paso a estar en una clase de pintura, donde mi amigo Toni Márquez (que no es pintor, pero en el sueño sí) nos enseña su última evolución pictórica, la definitiva. Cuadros llenos de color, con algunos autorretratos del mismo Toni inmerso en naturalezas muy curiosas. Le explico a la profesora de pintura en qué ha consistido este abundante giro en la trayectoria pictórica de Toni, tras ver un cuadro tras otro, todos diseminados entre caballetes y otros cuadros de otros alumnos. Se trata de un "infantilismo" o "animismo" maduro, explico.

El libro de los sueños del autor José Martín Molina
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