31 octubre 2012


Sueño (138) publicado en Un laboratorio indecente el 22/07/2012


(138) El desierto inviolable y las piedras de colores

Todo un sueño de aventuras, pero que por las artes del olvido muchos detalles y circunstancias se han evaporado. Lo primero que logro rescatar es que nos hallamos en una ciudad extranjera, más bien exótica, y que nos disponemos a hacer un viaje en coche. Digo "nosotros" aunque en realidad tanto aquí como en el resto de la acción yo seré más testigo que protagonista, produciéndose sólo muy de vez en cuando la identificación con alguno de los personajes. El viaje que hay que hacer es algo clandestino, no sé por qué. Se hará de noche. Estamos al lado de una casa que parece un bungalow. Metemos bolsas y extraños equipajes en todos los huecos libres del automóvil negro, que es un vehículo bastante singular e indescriptible. Mas a uno de los nuestros le ocurre un percance, quizá que se deja una bolsa abierta, pero no lo sé con seguridad. La consecuencia inmediata es que de pronto todo lo que tenemos que llevar se convierte en objetos inservibles, podridos. Tenemos que deshacernos de todo, tirarlo a la basura. Y el coche tampoco podrá llevarnos.

Así que no quedará otra vía que atravesar a pie un desierto. A plena luz del día ese desierto que recorremos es esplendoroso, una paisaje mágico y conmovedor. Un regalo para la vista comprobar su infinita extensión, las dunas de áureas tonalidades, los colores fuertes pero suaves, sin que sorprendentemente haga nada de calor, sino una temperatura idónea.

(Por asociación acabo de recordar que puede que en este sueño, mas seguramente en otro, veíamos Eva y yo -quizá desde una ventana o en el espacio abierto recortado por edificios- el cielo y sus juegos de nubes, donde las nubes cambiaban constantemente de formas, apelmazándose y deshilachándose de pronto, creando multitud de figuras, tapando casi el cielo en muchos instantes, y con asombro descubríamos que había nubes que se deslizaban a mucha mayor velocidad que el resto).

Volviendo al desierto, muchísimos grupos por todas partes, algunos perdiéndose en lontananza, se esparcían por toda la luminosa extensión. Todos caminando y todos en la misma dirección. Yo -esta es una de las escasas partes en que soy protagonista- me entretengo recogiendo piedrecitas maravillosas, de colores hermosamente impactantes, de perfectas redondeces lisas, y voy introduciéndolas en una bolsita que llevo conmigo. Parece que las recolecto a mansalva con la intención de regalárselas a mi hijo. Hay numerosos montoncitos de piedrecitas de éstas. Casi cada dos pasos te tropiezas con uno, con lo que temo que no me van a caber en la bolsita. A la memoria me viene que traía conmigo otra bolsa que me figuro más grande de tamaño y que proviene del capítulo anterior del coche. La extraigo del bolsillo y no, es también una bolsa pequeña. Tendré que ser pues más selectivo con las piedrecitas.

Unos pasos más allá, veo que mi hermana está imitándome, va rastreando el suelo en busca de estos abundantes y fabulosos guijarros. A continuación mi hermana deja de ser mi hermana y yo vuelvo al plano de presencia indefinida dentro de nuestro grupo de 5 ó 6 personas, y sucede algo que rompe el espejismo de esta paradisíaca peregrinación. Uno de los nuestros delata a viva voz a la chica que está recogiendo las piedrecitas. Se trata de su hermano y pertenece a la raza negra según recuerdo. (Ambos, hermano y hermana -que como ya he dicho ya no somos mi hermana y yo-, pertenecen al grupo principal de protagonistas). No lo sabíamos pero es ilícito llevarse estas fabulosas piedritas. La consecución de la denuncia es inmediata: todos los presentes en el inmenso paraje somos conducidos ipso facto a una sala de juicios primitiva donde gobierna la tribu de raza negra dueña de estos contornos de fábula.

Esa gran sala de juicios, atestada de gente y de testigos, es en realidad la sala pública y alargada de un complejo de mazmorras excavado en la roca de una montaña. Los carceleros negros visten de manera absolutamente primitiva, con abalorios arcaicos y todo. En la pared del centro, a media altura, cuelga una estructura de hierros con forma antropomórfica, donde se encierran los cuerpos de los culpables y los ajusticiados. Es el destino de la guapa chica que ha violado la quietud de las piedrecitas de colores. No deja de sorprender pasmosamente a todo el mundo que haya sido su propio hermano el que la haya puesto en esta terrible situación. Y más estupor causa aún el que el hermano no se retracte. Sin embargo obrará, de nuevo ante el asombro general, de generosa manera y se ofrecerá a ser él el que pague por las culpas de su hermosa hermana.

Se le izará y encajará entre los hierros que a modo de prisión se cerrarán ajustadamente en torno a su cuerpo. Después se supone que esos herrajes funcionan como placas abrasadoras que queman la piel dejando unas marcas calcinadas tremendas y muy dolorosas. Y digo se supone porque hay un mecanismo desconcertante. En realidad el supuesto torturado no recibe ningún daño, pero su tortura tiene dos consecuencias. La primera es que su dolor y sus quemaduras las reciben otros, concretamente los presos de las celdas de abajo. Por un momento veremos a esos pobres diablos encadenados y chamuscados en calabozos fríos, húmedos, patibularios, en un ambiente general muy medieval, tétrico y sobrecogedor.

La segunda consecuencia es que la pantomima de la tortura de la sala principal libera mecanismos ocultos que crean la ilusión de que los presidiarios de abajo pueden escapar fácilmente. Ahora vemos cómo tres de los nuestros encerrados en los sótanos descubren que un trozo redondo de pared se ha deslizado y por ahí tienen la posibilidad de escabullirse hacia el resplandeciente exterior. Pero es una trampa y aunque lo saben o lo intuyen claramente la desesperación le ciega a uno de ellos y no logra evitar caer en dicha trampa que le supone una situación más penosa aún.

Sin embargo, ya que todo obedece a trucos y artilugios y sortilegios, se termina por desvelar cuál es la fórmula para salir de este oscuro y terrorífico confinamiento. Se trata de introducirse y soltar una especie de gas de color, creo que azul, que reduce la resistencia de los carceleros, dejándoles noqueados. De esta manera uno del grupo que huyó vuelve a entrar, arriesgándose a no poder volver a salir, y comienza a librar, mediante el gas, a todos los presentes. La sala principal del recinto ha cambiado un poco hacia un aspecto más contemporáneo, ahora las paredes son de cristal y el techo tiene menos altura.

Al final todo el gran número de recluidos ha logrado salir del perímetro de la fortaleza. Nuestro grupo completo de seis personajes, cuatro chicos y dos chicas, todavía aturdidos, reposamos a las puertas de los altos e infranqueables muros. Queda deshacer el último maleficio. Percibimos que cada uno lleva una prenda de un color de la que hay que desprenderse, ya que nos fue impuesta por los miembros tribales de las mazmorras y tiene la facultad de mantenernos como poseídos, con la voluntad anulada. Una vez fuera la tela recuperamos nuestro ser. La última prenda que quitamos es una suerte de túnica negra que lleva una de las chicas.

El libro de los sueños del autor José Martín Molina
Narración perteneciente al libro de relatos "Sueños" (Tomo I) del escritor José Martín Molina. Ahora disponible tanto en formato libro como en formato eBook.

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30 octubre 2012


Sueño (137) publicado en Un laboratorio indecente el 15/07/2012


(137) Rodeos y diabluras de mi padre

rodeos y diabluras de mi padre
Hay una tónica general en el sueño y es que cada pequeño episodio de lo soñado me digo: esto hay que recordarlo para apuntarlo. Y procedo a escribirlo ya en un papel ya en el ordenador. Y compruebo que ya está fijado y que ya puedo continuar con más visiones oníricas. Pero inmediatamente descubro que no, que no he escrito nada, que había soñado que lo había hecho. Tras estos momentos de singular vigilia vuelvo a dormirme una y otra vez. Lo que he podido rescatar de la memoria del sueño, una vez despierto realmente, ha sido una secuencia con mi padre.

Estoy en mi habitación trabajando con el ordenador. Mi padre entra con la clara intención de comentarme algo importante, quizá íntimo. Al principio, una vez sentado sobre la cama, dará rodeos como es característico en él. Me preguntará por mi labor. Quiere saber cómo llevo la última página web que estaba haciendo. Oh, le digo, esa web ya está terminada desde hace dos días, sólo queda que me den el visto bueno, colgarla en internet y cobrarla. La he finalizado antes de tiempo. Se la muestro en la pantalla. Intuyo que lo que quería saber de verdad él era si yo disponía de dinero, con lo que me temo que su conversación va a tener que ver con el tema económico. No sería la primera vez. Puede que se trate de una petición rocambolesca o comprometedora. Tampoco sería la primera vez.

Con breves circunloquios, saltando de una cosa a otra, irá sacando lo que le bulle dentro. Que si su situación ya no es la misma y que a partir de ahora sus movimientos van a estar muy vigilados, lo que quiere decir que en el caso de tener que darme dinero tendría que justificarlo. Que si no quiere obligarme a firmar nada, pero... Que si lleva cuarenta años sin salir de viaje. A esto le respondo -y por un instante parece que se molesta- que no me gustaría seguir su ejemplo, que ya llevo 4 años encerrado trabajando en casa y que no me gustaría seguir mucho tiempo así para evitar el tener que decirme a mí mismo (ya irremediablemente) que hace 45 años "yo hice un interrail". Mi viejo seguirá hablando desordenamente y yo no logro captar cuál es el sentido último de su farragosa disertación. Permanezco pues alerta para que no me cace en un renuncio, para poder salir a la defensiva airadamente.

Ahora, sin venir a cuento, sucede algo. Mi padre abandona su discurso y veo cómo tumbado boca abajo sobre la cama empieza a frotarse tal y como lo hace su nieto. Es una imagen muy chocante, desde luego. En seguida aparece mi hijo de tres añitos en la puerta de la habitación, trota desnudito y descalzo y con una enorme sonrisa de pillo angelical. Detrás viene una familiar, una prima desconocida o algo así, y hace algo que me deja boquiabierto y alucinado, la muy guasona, la muy no sé cómo llamarlo. Jugando con mi padre como si fuese un niño de cuatro años, le agarra a la vez, con distinta mano, del pito y del culete, haciéndole una carantoña como de pellizquito juguetón en las partes pudendas, una caricia pícara y algo obscena. La reacción de mi padre es no menos sorprendente: se retuerce de gustito y suelta un gritito y una risita de placer, comportándose igual que un niño pequeño.

El libro de los sueños del autor José Martín Molina
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29 octubre 2012



página web oficial de la actriz Rocío Lacaci, diseñada por pepeworks
(176) web de la actriz Rocío Lacaci: www.rociolacaci.com
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28 octubre 2012


Horóscopo semanal: Predicciones del 29 de octubre al 4 de noviembre de 2012 para los signos de Aries, Tauro, Géminis, Cáncer, Leo, Virgo, Libra, Escorpio, Sagitario, Capricornio, Acuario y Piscis
>> ir a la última entrega del horóscopo semanal

horóscopo semanal de aries ARIES
Vas a verte abocado a tomar difíciles resoluciones que afectarán a tu entorno inmediato con estupefacto dolor e incomprensible maldad. Y no podrás, ni deberás, mirar atrás. Como dijo un sabio que comía mucho queso: “La decisión de un solo hombre, es sólo eso: la decisión de un hombre solo”.

horóscopo semanal de tauro TAURO
Debido a un singular influjo de tu planeta regente Venus, va a sucederte que a mediados de semana (quizá más hacia el fin de semana) no podrás evitar decir la verdad a todo lo que te pregunten. Tus pensamientos serán como un libro abierto y expresarás lo que piensas directamente, sin ningún tipo de restricción, ni ética ni moral. Confesarás tus secretos y los de los demás ineludiblemente, dirás sin contemplaciones todas las barbaridades que pienses de los demás, sin ser capaz de reprimirte. Como ves estarás en un estado sumamente peligroso. Al fin y al cabo no poder mentir ni ser diplomático es de lo peor que te puede pasar. Para prevenir tantos desastres que se te vendrán encima si no cierras la boca, lo mejor es que te encierres solito en el búnker más cercano, para que la incomunicación sea total, hasta que pase el dichoso influjo planetario…

horóscopo semanal de géminis GÉMINIS
Aunque no nos creas, es cierto, va a suceder. Lo dicen los astros y lo dicen todas las predicciones de los famosos tratados de nigromancia de la Edad Media. O sea que sí, que así es, no hay escapatoria posible al destino astrológico, que dice así: Esta semana harás el amor con un calamar.

horóscopo semanal de cáncer CÁNCER
Vas a soñar con que una cigüeña te transporta en un hatillo con su pico allende los mares. Te depositará en un sitio remoto. Nacerás de nuevo en otro país. Tus padres serán otros y empezarás una nueva vida. El significado de este sueño lo desconocemos por completo. Así que no te podemos indicar nada certero. Pero ya sabes que los sueños, sueños son. Salvo que se conviertan en realidad, lo que es más que posible esta semana…

horóscopo semanal de leo LEO
Si eres capaz de darle a una paloma con un escupitajo bien cargado, esta semana tendrás la bienaventuranza de duplicar tu vida y vivir el doble de lo que se supone que ibas a vivir. Pero no es en absoluto fácil darle con un gapo a una paloma, para nada. Para que no falles en los repetidos intentos, consiguiendo quedarte sin saliva, te recomendamos un libro excepcional para afinar la puntería con las palomas: el libro se llama “Cómo escupir a una repugnante paloma y darle en un ojo a la primera” y está escrito por Benito Cámela (leído “ven-y-tócamela”), muy reconocido por el mundo del deporte de la cetrería a puñetazos.

horóscopo semanal de virgo VIRGO
Momentos ideales para no hacer nada, no emprender nada, no planificar nada, no generar nada de nada, no inmiscuirse en nada… Relájate hasta la catatonia. Todo lo demás no merecerá la pena. Semana ideal para alcanzar un nirvana tonto y simiesco, ¡aprovecha!

horóscopo semanal de libra LIBRA
Sin motivo aparente vas a sentirte enormemente feliz. Hasta que venga alguien y lo joda. Pero ese alguien será alguien absolutamente inesperado, que te dará un disgusto tremendo y terrorífico que te hará temblar de miedo y enojo. Lo que, psicosomáticamente, te producirá un malestar gástrico. Sin embargo, sin motivo aparente, volverás, muy de repente, a sentirte muy feliz de nuevo. Hasta que venga alguien y lo… (ya sabes lo que sigue).

horóscopo semanal de escorpio ESCORPIO
Durante los próximos días vas a oler especialmente mal. No podrás evitarlo aunque te duches cada diez minutos. Este hedor que emanará de ti, evidentemente, afectará en todas tus relaciones, tanto las sociales, como las familiares, como las telepáticas. La gente se apartará de ti todo lo que pueda para no respirar tu putrefacto e inaguantable hedor. Como es lógico, nadie hará el amor contigo en los próximos días, salvo que pagues.

horóscopo semanal de sagitario SAGITARIO
Tus predicciones semanales nos indican que serás el protagonista de un triángulo amoroso. Lo que ignoramos es si serás la hipotenusa o serás uno de los catetos…

horóscopo semanal de capricornio CAPRICORNIO
Esta semana vas a descubrir una nueva faceta tuya: la capacidad de viajar a través de la muerte. Y para que no te acojones del todo, no te decimos más.

horóscopo semanal de acuario ACUARIO
Tendrás repentinos ataques de narcolepsia con bastante frecuencia estos venideros días. Te quedarás dormido de golpe en cualquier sitio, estés sentado, tumbado o incluso, de pie, por ejemplo caminando. Ten cuidado pues cuando cruces un paso de cebra, porque según las predicciones, es muy fácil que te quedes dormido en medio del paso de cebra y seas arrollado por un camión que transporta millones de latas de conserva de atún en escabeche. Y el caminero en cuestión no podrá evitar pasarte por encima, porque también será nativo de tu signo zodiacal y se quedará dormido a la vez que tú…

horóscopo semanal de piscis PISCIS
Una mala noticia te hará perder el equilibrio y podrás caer encima de un tipo gordo, lo que acolchará bastante la caída. También habrá una noticia muy buena que te hará levitar, lo que conllevará que te estrelles contra el techo. El chichón que te saldrá será lo mismo que si se te hubiese pegado una batata en la frente. En cuanto al amor: posible contagio de ladillas y esterolipatococos.


Nota: Algunas de las predicciones de este horóscopo, por razones obvias, están escritas en clave. Este horóscopo se publica (normalmente) todos los domingos. Cualquier concidencia con la realidad NO es SÓLO mera casualidad.

autor: pepeworks / josé martín molina

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27 octubre 2012


Casa de muertos: Un libro de poesía escrito por José Martín Molina, todo un monumento a la rutina
Casa de muertos: todo un monumento al día a día a través de 58 poemas o estancias, escrito por José Martín Molina. Ésta es la casa.

Libro: 11,65 € | ► eBook: 3,50 €
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Libro: 71,62 $ | ► eBook: 21,52 $
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También disponible en otras divisas (pincha aquí y pincha en comprar para ver una tabla de divisas)

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Sobre el libro

Conjunto de 58 poemas, que organizados en simbólicas estancias dibujan con trabajada precisión y concisa riqueza el vacío existencial que se va generando, casi sin permiso, pero con contundencia predestinada, en los rincones cotidianos de nuestro recorrido vital.

Hay un espacio físico, un lugar en concreto, que construimos sobre los pilares del tiempo, donde cristalizan y fermentan los distintos retazos de la maquinaria del yo mecanizado. Ésta es la casa donde nos sepultamos sin saberlo. O queriendo ignorar que las fisuras de una realidad anodina nos van invadiendo sin remisión.


Te ofrecemos cinco poesías de este singular y construido poemario:

Casa de muertos
un libro de josé martín molina



Estancia III


la casa
una vida
estas tardes seguirán siendo
una cárcel sin ventanas
mientras no penetre
el aroma la voz
el cuerpo del olvido

siempre hay demasiadas cosas que olvidar





Estancia XLVIII


como bestias solitarias
con desvergüenza
miramos el calendario
tomamos café o vino
hacemos planes que se repiten
hacemos el amor con
tristeza de ojos cerrados y
bombillas apagadas

qué despilfarro
mecanizarnos
con tanta impune levedad





Estancia VI


ahogarse en esta
casa imposible
de ráfagas heladas

una soledad estéril en todos los espejos

asistimos
al hambre
no hay dientes
las locuras son yermas

vemos
las grietas en las paredes abriendo
abismos sin regreso





Estancia XIV


ombligo o útero

borrar
los propios errores como quien
limpia camisas sucias

siempre
nos quedará ese extraño sinsabor
de no saber a qué hemos venido
por qué a esta casa
por qué nos hemos instalado
en nosotros mismos
sin permiso





Estancia XXXVII


la casa
un monumento a la saciedad
los pasillos
trazados por errores ajenos

el dormitorio
tumba de silencios

sobre una cama marchita
frecuentada por las fieras de antaño que
fuimos
quedan vestigios
migajas de pasiones
voracidades prehistóricas
ayeres sin presente



poemas pertenecientes al libro “Casa de muertos

Casa de muertos: Un libro de poemas del escritor José Martín Molina sobre la existencia más rutinaria y mecanizada

Libro de poesía Casa de muertos del escritor José Martín Molina. Ahora disponible tanto en formato libro como en formato eBook.

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26 octubre 2012


Sueño (136) publicado en Un laboratorio indecente el 14/07/2012


(136) Le robo el dinero a un sospechoso taxista

taxímetro de un taxi de Madrid marcando el precio de 40 euros
He regresado de un viaje por el extranjero y ahora me desplazo en el asiento trasero de un taxi hacia el hogar. Por la noche estamos circulando por la M-30 en sentido contrario al que conduce a mi vivienda, curiosamente. De manera vaga recuerdo que nos hemos desviado porque estoy buscando la manera de comprar un regalo para una chica. Estoy algo borracho y termino por dormirme un buen rato. Me despierto y no sé por qué ahora el taxista está conduciendo por las inmediaciones de la Plaza Castilla, es decir, el polo opuesto de donde resido. A ciencia cierta que ya no sé si le he indicado este camino o si el conductor ha tomado sus propias iniciativas al estar yo roque.

Cuando nos aproximamos a mi calle, ya de día, el taxímetro ha dejado de correr, detenido en el precio de 40 euros. Me parece una cantidad excesiva para un trayecto que vale menos de la mitad. Pero no sé hasta qué punto he sido yo el culpable de los rodeos o si la astucia y mala intención del taxista son los responsables del alto coste. Ante la disyuntiva me decanto por una solución intermedia: yo he obligado a alargar la distancia, pero el tipo del taxi deliberadamente ha incrementado el viaje y la suma. Lo que hace que por momentos me cabree más y más. Una vez he llegado a mi destino le pido explicaciones a este hombre maduro (unos cincuenta años), con aspecto inflexible, bigotudo y parco en palabras. Armado de la inocencia y naturalidad más descaradas no cede, no da su brazo a torcer: son 40 euros. Lo cierto es que no tengo pruebas de su presunta estafa, son sólo conjeturas, ya que viajaba dormido y algo curda, así que a saber qué indicaciones le pude dar... No me queda otro remedio que aflojarme el bolsillo y le pago lo registrado, aunque muy molesto y casi seguro de su mal hacer.

Antes de apearme me fijo en que al lado de la palanca de cambios, entre los dos asientos delanteros, hay un buen fajo de billetes de 20 euros. Instintivamente agarro un par de billetes justo cuando el taxista hace un giro de cabeza y no descubre mi hurto. Para disimular sigo mostrándole mi enfado y mis sospechas con palabras nada amables, mientras por dentro estoy bien contento de que el desplazamiento me haya salido gratis, aunque también lamento secretamente el no haber aprovechado para coger unos cuantos billetes más.

Finalmente me bajo del vehículo en la calle Ferrocarril, que en el sueño en lugar de estar orientada de este a oeste lo estará de norte a sur. Unos momentos después, entrando desde una bocacalle, de improviso vuelvo a introducirme en el mismo taxi por una de las puertas traseras, cuando el coche ya lleva otro cliente en la parte delantera. Increpo, fastidio, maldigo, muestro mi abierta disconformidad una vez más para esconder mejor mi pequeño robo, para despistar mejor cuando el taxista haga el recuento del día y note la ausencia de los 40 euros. Y casi sin que les dé tiempo a darme cualquier respuesta vuelvo a salirme del taxi, que se alejará despacio.

Ahora camino hacia mi portal y procuro ocultarme y esperar a que el taxi pase de largo para que su dueño no se quede con la copla del número donde vivo, ya que supongo que será capaz de reaparecer de malas formas reclamando sus honorarios.

Voy muy contento, con muchas ganas de contarle a Eva mi proeza y hábil latrocinio. Atravieso una verja que se abre en tres caminos en paralelo que conducen a distintos portales. Tomo el camino más largo, el de el edificio más alejado, pero no, descubro que me he equivocado y que esta vía no lleva a mi portal. Vuelvo sobre mis pasos, me cruzo con otros peatones, retomo otro sendero, subo unas escaleritas entre un par de poyetes de piedra. Mas tampoco es por aquí. Saldré de nuevo a la calle principal de Ferrocarril para darme cuenta de que efectivamente me había confundido de número de portal.

El libro de los sueños del autor José Martín Molina
Narración perteneciente al libro de relatos "Sueños" (Tomo I) del escritor José Martín Molina. Ahora disponible tanto en formato libro como en formato eBook.

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25 octubre 2012


24 octubre 2012


En un parque


unas manos nerviosas haciéndose una pipa
................................. o dibujando monigotes.

un columpio que parece un elefante.
varios niños rascan desde dentro
............................... las tripas hechas con barrotes.

y esta noche tan semejante y distinta a todas las noches.

sin una estrella de más.

un viento que arranca hojas a mordiscos,
en el último mugido del verano.

y un paseante que detiene los pasos
en los mismos sitios donde nunca había estado.

este podría ser el resumen de un poeta,
............................ .. a estas horas.



Niño malo: libro de poemas del escritor José Martín Molina

Poema perteneciente al libro Niño malo del escritor José Martín Molina, obra que fue premiada con un Áccesit en los XIV Certámenes Nacionales "Ciudad de Alcorcón". Ahora disponible tanto en libro como en formato eBook.

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